PREVIA La leyenda cuenta que, en el año 210 a.C., el primer emperador de la China unificada, Qin Shi Huang Di, decretó que, a su muerte, su cuerpo fuera revestido de jade y sumergido en un lago de mercurio. Este lago, dentro de una pirámide, debía estar protegido por un ejército inmortal de ocho mil guerreros de tamaño natural, con una vanguardia armada con ballestas, y detrás caballos, carros y el ejército propiamente dicho. Filas y filas de soldados, en formación de batalla sobre 38 columnas, sosteniendo alabardas y lanzas afiladas.