Lot, tras huir de la masacre de Sodoma y Gomorra, se refugió en una cueva con sus dos hijas; ellas, deseando concebir hijos y no habiendo otro hombre en la región, hicieron beber vino a Lot y mantuvieron relaciones sexuales con él mientras estaba borracho. Engendraron dos hijos, de los que descendieron los pueblos de los moabitas y los amonitas.