El sarcófago se encuentra en la cámara funeraria y está hecho de cuarcita roja. En uno de los lados largos, en el centro, hay dos ojos falsos colocados generalmente cerca de la cabeza del difunto para que pudiera mirar hacia fuera. Debajo hay una puerta falsa por la que el difunto podía entrar y salir del sarcófago. La pintura amarilla recuerda no sólo la piel dorada de las divinidades, sino también la llamada Cámara de Oro, nombre utilizado generalmente para la cámara funeraria.