Muestra a Cristo recibiendo a la santa en el cielo entre querubines que miran desde las nubes. En la parte inferior, dos querubines portan dos lirios blancos, símbolo de pureza. La santa viste hábito de monja, mientras que Cristo lleva un manto azul. A un lado, un ángel con alas y manto rojo. Abajo a la derecha, un espejo semicubierto, símbolo del abandono de la vanidad terrenal.