Frente a este fondo de la Ciudad Celeste encontramos las clases que han constituido históricamente el cristianismo. A la izquierda encontramos a los ascetas, es decir, el elemento profético en la vida de la Iglesia. Entre ellos sólo reconocemos a San Francisco de Asís, que recibió los estigmas. San Francisco tiene el rostro de Nevin, el rector de la iglesia.