Representado de pie en actitud de ofertorio, el faraón sostiene una losa en la que se representan alimentos y flores de loto. Su cabeza está coronada por una corona azul y lleva sandalias en los pies y una falda plisada en la cintura. Está en postura estática, con las piernas juntas, lo que subraya la solemnidad del gesto de ofrenda al dios; su piel es de color amarillo, evocando los rayos que emanan del disco solar. La estatuilla tenía una función cultual en el ámbito privado.