El estado extremadamente fragmentado de la cabeza documenta la vehemencia destructora de la revuelta judía de 115-117 d. C. Fue recompuesta a partir de más de cien fragmentos. Existe una correspondencia casi absoluta de la gran estatua sedente de Zeus Olímpico, tanto en tamaño como en la forma de la base sobre la que se sentaba, entre el templo de Cirene y el de Olimpia. Se trata, por tanto, de una réplica de la obra maestra de Feidias, como parece confirmar la inscripción con la que el arquitecto Aurelio Rufo, a quien quizá deba atribuirse la restauración, recuerda haber cumplido su voto a Zeus Olímpico. - 24801